viernes, 23 de octubre de 2009

Pasarela Palermo

23/10/2009 para Trendxchange

Un desfile en el Abasto reunió los trabajos de los 45 estudiantes más destacados de Diseño de Modas la UP elegidos por sus profesores

Empresarios, estudiantes, familiares, amigos y periodistas se agolpan de noche en un rincón del Abasto. La Universidad de Palermo presentó el 22 de octubre, por primera vez, Pasarela Palermo, un desfile organizado para difundir en el circuito del diseño a los mejores trabajos del primer cuatrimestre del ciclo lectivo 2009 de la carrera de Diseño de Modas. Fueron seleccionados de Moda Palermo, el evento que organiza la institución al finalizar cada mitad de año, en donde todos los alumnos deben presentar sus diseños a manera de examen final.

Presentado por el docente e historiador Claudio Martínez, cuarenta y cinco trabajos se subieron a la pasarela. Distintos niveles, rubros y cátedras se fueron intercalando. Con estilismos muy cuidados, se observó una notoria inversión en producción por parte de la universidad y de los mismos alumnos.

Es admirable la diversidad de rubros con la que trabajan las distintas cátedras. Por ejemplo, el caso de Mara Mrozczek, de la cátedra de Cecilia Otero, que presentó un conjunto de ropa interior inspirada en el punk del siglo XXI y tomó como punto de partida a las zapatillas Converse All Star. La docente Marisa Schenone propuso un ejercicio de trajes de baño con lineamientos históricos, bajados a producto: Carla Di Domenico propuso un dos piezas con tintes de pin-up latina, Julia Kim imaginó qué se pondrían los miembros de la corte francesa del Rococó si se hubiesen metido al mar y Susana Albarenque pensó en el Hawaii de los años 50.

También la indumentaria masculina tuvo lugar en la pasarela. La prestigiosa cátedra de Gustavo Lento presentó, entre otras cosas, colecciones para hombres en donde la sastrería siempre es un punto fuerte. Entre ellos se destaca el trabajo de Josefina Varela, con una impronta melancólica y lúdica. Bermudas intervenidas con recursos como alforzas, tablas encontradas, recortes en estampados tipo Liberty, acompañadas con camisas bicolores en tonos pasteles, y terceras pieles en tweed y escocés.

La alta noche tuvo su momento. La cátedra de Claudia Barbera mostró prototipos de vestidos de novia. El de Cecilia Hernández Muñoz, con una silueta de principios de siglo XX y la conjugación de texturas, recordó a aquel vestido Delfos de Fortuny.

La docente Eugenia Aryan asignó un tema y un diseñador para que los estudiantes propusieran líneas de alta costura, vanguardia y urbana. Una de sus alumnas, Romina Arce, tomó como tema al Freak Show y a Alexander McQueen. El resultado fue un vestido con la característica silueta insinuante exagerada del diseñador británico, armado con materiales poco convencionales, como pelotas de goma, polar y pintura en aerosol, logrando generar una deformación del cuerpo y su textura.

Además hubo trabajos de corte más experimental. Lucía Centurión, de la cátedra Lento, mostró una prenda de textura y estructura orgánica, con una interesante silueta proyectada en la espalda, que recordaba a algún habitante de la naturaleza. La cátedra de Laura Valoppi propuso prendas que con gran trabajo de texturas, en donde se combinan diferentes estampados generando siluetas evasée. Se destacó el trabajo de Mariana Rodas, con una inspiración étnica, como de Europa del Este, resaltado por un estilismo de muñeca antigua.

Uno de los puntos fuertes que promociona la Universidad de Palermo son las Cátedras de Autor. La posibilidad de aprender la metodología y lineamiento estético de diseñadores consagrados del circuito local.

En el caso de los diseñadores Gustavo Calandra y Claudio Hock, de la etiqueta Calandra-Hock, la consigna fue realizar prendas de noche. El caso más interesante fue el de Diego Labrin Ladrón de Guevara, que presentó un vestido de cóctel con una interacción entre moldería y estampa de rayas que generaba un juego óptico.

Marcelo Senra mostró el trabajo de sus alumnos Florencia Bertora, Matías Fedele y Milagros Carrara, que en sus trabajos reflejaron una fuerte impronta del diseñador, la cual incluye texturas artesanales, la explosión de color de su última colección y la temática autóctona.

Los alumnos de la diseñadora textil Ximena González Eliçalde, en cambio, realizaron líneas experimentales en tejido de punto industrial jacquard.

Otro de los diseñadores que ejercen la docencia en la UP es Laura Valenzuela. A diferencia de sus colegas, el trabajo de sus alumnos se despega estilísticamente del de ella. Con mini performance incluida, la propuesta de Dolores Cereceda tomó como tema a una urbanidad pop, casi japonesa. Como resultado se vieron prendas en grises, intervenidas con estampas y contrastadas con detalles en color flúor, de tipologías que evocan a alguna tribu urbana adolescente y con un fuerte tinte citadino, ayudado por un estilismo compuesto por pelucas en corte carré en furiosos colores sintéticos.

Vero Ivaldi, una de las pioneras de las Cátedras de Autor, también acompañó a sus estudiantes. Entre ellos se destacó Patricia Conde, que, siguiendo los recursos morfológicos típicos de la diseñadora, logró una línea mucho más urbana, compuesta por enteritos, vestidos, y faldas de largo modular acotado, acompañados por abrigos livianos, con estampados veraniegos, en contraste a colores más terrosos como el verde militar.

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