viernes, 24 de abril de 2009

Bienal de Arte textil

24/04/2009 para TrendXchange

La quinta edición tuvo sede en Buenos Aires

¿Qué es moda y qué es arte cuando tan sólo la presencia de un marco -en lugar de una percha- establece el criterio de la respuesta? En esa delgada línea que más que diferencias marcó encuentros se desarrolló durante abril en la ciudad de Buenos Aires la 5ta Bienal Internacional de Arte Textil, organizado por la World Textile Art Organization (WTA), que realizó versiones anteriores en distintas ciudades de Estados Unidos y América Latina.


Uno de los objetivos principales de esta bienal es la reivindicación, resignificación y promoción de esta disciplina. La experimentación con nuevas técnicas y materiales y la incursión en nuevos soportes son las características de las obras seleccionadas, que se pudieron ver en la sede principal, el Palais de Glace. Pero no se desarrolló sólo ahí. Varias fueron las muestras y actividades complementarias. Por un lado la Bienal en sí, que constó de unas 100 obras seleccionadas por un jurado internacional integrado por Lilian Llanes, Beatrijs Sterk y Gracía Cutuli. Fueron los responsables de elegir a los ganadores: el primer premio fue para A Custodia, de Beatriz Chaaf-Giesser (Alemania), el segundo se lo llevó Black Out, de María Ortega Gálvez (España), y el tercero fue otorgado a Magali-Elisa Sánchez Vera (Uruguay), por la obra Vida mía.

Por otro lado se realizó una exhibición de artistas invitados internacionales y nacionales (curada por Florencia Battiti), entre los cuales se encontraban el diseñador Martín Churba con una instalación en donde se podían sentir, mirar y disfrutar de cerca las texturas de su autoría, una proyección en donde se mostraban las distintas técnicas utilizadas y la descontextualización de prendas y accesorios de su marca Tramando.

También participaron los alumnos de la carrera de Diseño Textil e Indumentaria de la UADE con el Proyecto Untrendy: prendas y accesorios para uso específico en climas extremos para hombre, mujer y chicos, en donde la funcionalidad fue el eje principal del diseño, además del componente estético. Hubo también muestras paralelas en museos, galerías y centros culturales de la ciudad de Buenos Aires y la provincia de Córdoba, con piezas de arte contemporáneo y del patrimonio nacional. Entre ellos se encontraba Proyecto pieles, la exposición de los trabajos de los alumnos de la cátedra Andrea Saltzman de Diseño de Indumentaria de la Universidad de Buenos Aires, junto con una retrospectiva del trabajo de Martín Churba para Tramando en el Museo de Arquitectura y Diseño. Otra exposición muy visitada fue Los Arcanos en Seda, de Silke, las cartas de tarot en macroescala confeccionadas en seda y con diversas técnicas de teñido, estampado e intervención en el Museo de Arte Decorativo.

En paralelo se realizaron una serie de talleres y conferencias con inscripción previa, cuyos cupos se llenaron semanas antes de comenzada la Bienal. Entre los oradores se encontraban de nuevo Churba, Constanza Martínez y Alicia de Arteaga. En suma, quedó demostrado que lo textil no sólo es industria y producción, sino que también puede ser arte en su forma más pura.


Los interesados en profundizar en el arte textil pueden visitar el Centro Argentino de Arte Textil (CAAT), una asociación civil sin fines de lucro especializada en esta materia. Regularmente tiene exposiciones, seminarios, talleres y mesas redondas. Cuenta con un banco de imágenes que incluye videos y diapositivas, y una cuantiosa biblioteca. Queda en Viamonte 1728 2º E, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Más información, (54 11) 4371-7581 y info@caat.org.ar

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jueves, 9 de abril de 2009

Desfiles escogidos de BAAM

09/04/2009 para TrendXchange

La elegancia según Pryor, Adot, Burstin y Bomparola

En Buenos Aires Alta Moda se destacó María Pryor, con una colección que tomó como punto de partida a la Rusia de los zares, en un imaginario de zarinas danzantes veladas bajo la nieve de la estepa. Las modelos descalzas con polainas gastadas, recogidos como nevados y tocados que hacían recordar a una especie de Scherezade polar se deslizaban y posaban a la manera delicada de los ballets. Colores pasteles, como escarchados, contrastados con otros de carácter más jerárquico, como los terciopelos bordeaux y algunos azules que acentuaban el juego de realeza delicada, como ninfas del frío... como bailarinas.

La tipología dominante fue el corset, estandarte de la diseñadora. Con piezas intrincadas, juegos de dobles prendas, bordados de pequeñas piedras, pasamanería dorada, algunos confeccionados en microtul y organza transparentes, resaltaba el emballenado, metáfora de la fragilidad del cuerpo. Acompañados por pequeñas pero amplias faldas de tul y muselina, formadas por capas de retazos que iban delineando una suerte de tutús con un pequeño miriñaque de soporte.

También aparecieron faldas largas con pequeñas colas, acompañadas por tipologías históricas, como el frac con cuellos y mangas medievales, recorridas por guardas de estilo ruso que rememoraban a un San Petesburgo decorado por Fabergé y plumas que resaltaban la liviandad del cuerpo.


Laurencio Adot, a diferencia de su presentación en la última BAFWeek, en BAAM presentó su línea Casino Royal: alta noche y cóctel atravesados por la máxima opulencia de las chicas Bond de los 70.

Inspirándose en el lujo setentoso de Halston, mostró siluetas de talle princesa que hacían recordar a una Bianca Jagger en Montecarlo con reminiscencias del corte vamp de los 30 de Vionnet, y también en texturas de inspiración natural que se asociaban al Art Nouveau. Todo exacerbado con peinados altos terminados con tocados de plumas de marabú, bijoux de strass resplandeciente y zapatos de un color plata casi espejado.

Vestidos largos y cortos, en satén, chiffon, organza y tul. Todo en seda: el lujo por sobre todas las cosas. Rematados con volados, monos, pedrería y cristales. También se vieron texturas sobre el cuerpo que daban una sensación otoñal, hojas de acanto combinadas con apliques de guipure que le daban un aire de una Belle Epoque casi griega, ayudando a la idea con vestidos de drapeados de peplum.

Negro, plata, peltre, cobre, rojo, bordeaux, azul y verde petróleo. Las pasadas se dividieron en bloques de colores, resaltando el afán del diseñador de vender todo el catálogo de prendas en todos los colores disponibles, cerrando con el blanco: una colección de novias que seguían los lineamientos de la primera parte de la colección. No faltaron las celebridades que tanto gustan al diseñador. En la pasarela se vieron conductoras y actrices de televisión y modelos con nombre propio.


Texturas experimentales aplicadas a la noche

Sylvie Burstin no decepcionó con su línea de vestidos y sastrería. Haciendo hincapié en los textiles, en sus sensaciones, en lo artesanal. La colección se inició con unos chals, faldas y blusas hechos a partir de una suerte de afieltrado de hilos de lana, lúrex y tul, dispuestos de manera irregular pero armoniosa, dibujando ondas sobre un fondo transparente que revelaba la piel de la modelo.

Burstin jugó con el ser y el parecer: texturas realizadas a partir de retazos de muselina deshilachada que en un primer vistazo parecían plumas etéreas, cuellos de abundante tul que hacían de piel, que luego aparecían per ser en otras prendas.

Shibori y plisados, juegos geométricos de estructuras lineares que se chocan, la irregularidad que la seda adquiere bajo el calor. Es en el detalle en donde se ve la mayor riqueza de las prendas. Colores pasteles, blanco y negro combinados en la misma prenda, azul, violeta. La naturaleza también se hizo presente a través de la organicidad de todos los detalles y haciéndose explicita en apliques en forma de flores y hojas.

Evasé, la línea que predominó en vestidos y faldas por arriba de la rodilla, al tobillo y algunos que llegaban al piso, acompañados por piezas de sastrería que aportaba estructura, con detalles que en un principio eran guardas rusas y luego se convertían en tejidos casi nómades, como de una Mongolia de tonos terrosos.


Teñida de negro con pinceladas doradas, la colección de Evangelina Bomparola retomó la austeridad de los años 40 contraponiéndolo con los excesos formales y emocionales de los 80, alegoría de la crisis económica mundial actual. Arpegios es el nombre que eligió para esta temporada, así como también la canción que acompañaba el caminar de las modelos.

Cinturas marcadas, hombros exagerados con volados, faldas pencil, pantalones de tipo babucha, sastrería en brocatos dorado, lame y estampados de leopardo que hacen pensar en el New Look de Dior. Acompañados por tocados con turbantes, rememorando a la mujer de post guerra que nunca perdió la elegancia.

jueves, 2 de abril de 2009

Buenos Aires Alta Moda

Glamour clásico en 20 desfiles

Por Karen Kim

Glamour clásico. Celebridades de ayer y de hoy, diseñadores e industriales: personajes que revalidan temporada tras temporada la elegancia propia de la mujer argentina. Entre el 23 y el 30 de marzo del 2009 se realizó la 30º edición de Buenos Aires Alta Moda en el Sheraton Buenos Aires, organizado por AP Producciones y con la dirección y puesta del legendario Héctor Vidal Rivas. Con 20 desfiles, una semana de la moda caracterizada por mostrar a diseñadores con probada trayectoria en indumentaria de alta noche, pret-a-porter y demi-couture, cuya entrada exclusiva por invitación acota la franja de asistentes a vendedores minoristas, estudiantes y exportadores.


Con puntualidad y buena organización se vieron los desfiles de María Pryor, Teresa Calandra, Laurencio Adot, Susana Ortíz, Verónica de la Canal, Solo Ivanka, Dorina Vidoni, Sylvie Burstin, Evangelina Bomparola y Claudio Cosano. También tuvo su espacio Asunción Fashion Week, con la presentación de Javier Saiach, y hubo representantes también de Moscú Fashion Week. Los egresados de la Escuela Argentina de la Moda también estuvieron en este calendario fashion. Clic aquí para ver las mejores colecciones.