domingo, 8 de marzo de 2009

Lo mejor de BAFWeek otoño-invierno 09

Por Karen Kim

Durante la primera jornada de BAFWeek, Cora Groppo presentó Rococó, en donde recrea las voluptuosidades barrocas a través de tejidos de punto rígidos con costuras y apliques internos (cintas, tubos y bolitas) que de a poco se van manifestando hacia el exterior, dejando de lado el rosa y apelando al marrón, gris, negro y acentos de azul. Remeras, sastrería blanda, calzas con combinación de materiales, pantalones con efectos drapeados y una serie de vestidos con apliques de raso que rememoran volados con resultados lobulares. La combinación de distintos tejidos dentro de no sólo un conjunto, sino de una misma prenda fue resaltada aún más con variaciones de colores. Camperas de cuero con accesos irregulares, terminaciones crudas y piel, suéteres con piezas deconstruidas y piezas que juegan como centros de tensión (nudos, agujeros radiados) que se van repitiendo en algunos pantalones. La novedad de la temporada es el desarrollo de calzado: unas botas cortas con taco chino y punta redondeada, que repitió en todas las pasadas.

Mariana Dappiano mostró su nueva colección tomando como estandarte al tejido de punto. Tejidos diseñados para la línea: crochets con variación de escala, tejidos planos, ligamentos de punto que generan fuertes dibujos en relieve, dibujos en jacquard que asemejan a la esquematización del tejido de punto en versión maxi. Una asimetría envolvente en vestidos de silueta evasée, faldas, sacos tejidos y estampados, recurso que también se repite en las calzas. Mini suéteres con cuellos y mangas con volúmenes modulados, pantalones anchos, accesorios tejidos como bufandas y cuellos; todo pincelado con contrastes de colores fríos y cálidos: distintos grises, azules, rojos, terracotas, mostaza, ocre, y negro. Llama la atención el fuerte contraste entre texturas suaves propias del tejido de punto y las de los acabados brillantes que se repiten en faldas y sacos sastre.

El último desfile de la BAF fue el de Vicki Otero , quien colección tras colección juega de manera tan propia con los parámetros de la sastrería para dar a lugar a reinvenciones morfológicas únicas. En esta oportunidad se pueden ver diferentes tipologías reversionadas: capas, garricks, americanas, así como también faldas, camisas, pantacourts, shorts y vestidos larguísimos. La silueta en general consta de una cintura muy entallada, hombros exagerados, importantísimas mangas jamón (de la época eduardiana) y faldones amplios y rígidos. Los colores son los característicos de Otero: blanco y negro, con toques de azul y gris, estampados monocromáticos y presencia de escoceses rojos, una tendencia fuerte para esta temporada. En cuanto a los materiales se destacan paños, voiles y poplin de algodón en la camisería.

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