viernes, 12 de marzo de 2010

Semillero UBA BAFWeek 2010

Para Trendxchange

La dupla Catalina Ichaso y Lucinda Walmsley, y Nadia Stuer resultaron ganadoras del concurso que sube a los estudiantes a la pasarela más deseada

El sueño de todo estudiante de Diseño de Indumentaria es ver su colección sobre una pasarela internacional. Por quinta vez consecutiva se realizó el concurso Semillero UBA-BAFWeek, por el cual se seleccionan dos tesis de los alumnos de la carrera de Diseño de Indumentaria de la Universidad de Buenos Aires para ser mostradas al gran público, con el apoyo del Paseo Alcorta. El jurado de esta edición estuvo compuesto por los diseñadores Mariana Dappiano, Emiliano Blanco de Köstume y Cecilia Gadea.


deSastreria, una de las colecciones ganadoras, es la tesis de Catalina Ichaso y Lucinda Walmsley, la primera dupla salida de este concurso. Habiendo cursado toda la carrera en la cátedra de Andrea Saltzman, decidieron no separarse ni para presentar su tesis.

-¿De qué se trata su tesis?
Lucinda Walmsley: -Nosotras trabajamos a partir de la sastrería, de todo lo artesanal que tiene.
Catalina Ichaso: -La nobleza de los textiles mismos de la sastrería.
L.W.: -Tratamos de recuperar el trabajo artesanal del sastre, el trabajo sobre el cuerpo, pero revalorizado.

-¿Por qué tomaron este rubro?
C.I.: -La sastrería no fue cambiando a lo largo del tiempo y tiene elementos constructivos que son muy reconocibles.
L.W.: -Como las solapas, los botones, los puños, todas esas cosas y todo eso sigue así desde el 1800. Los podes variar de lugar y todavía los vas a reconocer. Entonces te da muchos elementos con que trabajar. Yo creo que la sastrería es el rubro más rico que tiene la indumentaria, donde están todos los recursos. Entonces tiene muchísimos más de dónde agarrarse y con qué trabajar. Si estás en remería, tenés un cuello y un puño y te quedaste sin nada. En cambio, en sastrería tenés la camisa, el pantalón, el saco, todo el interior del saco, tiene capas adentro, tiene muchos materiales que se pueden revalorizar.
C.I.: -Y que por ahí están escondidos y no se sacan. Nosotras usamos las terminaciones con todas las entretelas.
L.W.: -Lo mismo con los sacos, que los abrís y adentro tiene todo un mundo diferente que se esconde y que son todos los secretos del sastre.

-¿Cuál fue su operativa a la hora de armar las prendas?
C.I.: -Tomamos reciclaje de moldería y de prendas. Lo que hacemos es rearmar con pedazos y también pinzando. Hay prendas totalmente recicladas, por ejemplo a partir de camisas y remeras que después las estampamos nosotras mismas.
L.W.: -Y también agarramos la moldería de un saco de hombre, y la reciclamos para hacer una prenda femenina.
C.I.: -Además trabajamos sobre el cuerpo. No hacemos el trabajo de moldería tipo tizada.

-¿Y la estampa tiene algún significado?
L.W.: -Sí, tomamos como referencia la filosofía japonesa Wabisabi, la belleza del paso del tiempo, lo imperfecto, lo incompleto. Entonces son todas estampas simulando lo gastado.

-Entonces, ¿el reciclaje que hacen tiene que ver con lo nostálgico?
L.W.: -Sí, como el de volver atrás, recuperar cosas que están perdidas: lo que tenía un sastre, de un traje hecho de manera impecable que hoy en día se hace diferente.

-¿Cuántas líneas tiene su colección?
C.I.: -Tres líneas que tienen con ver con las tres palabras que definen al Wabisabi: Incompleta, que es elegante; Imperfecta es de tejido de punto intervenido, e Impernanente que es la que más reciclaje tiene y en la que todas las prendas son modificables. Por ejemplo, en una prenda el cuello era regulable, y en otra se corren los bolsillos.
L.W.: -Y en la que cada prenda era única, y tenía un sistema de ajuste propio. Pero para la pasarela las tuvimos que unificar.

-¿Cómo fue el trabajo en el taller, a la hora de hacer la tesis de a dos?
L.W.: -Estuvo buenísimo en realidad porque son dos cabezas que piensan juntas todo el tiempo.
C.I.: -Además nos conocimos en la facultad y trabajamos juntas durante toda la carrera. Entonces es como que nos conocemos bastante. Y el año anterior hasta armamos un taller de serigrafía juntas.

-¿Qué expectativas tienen de esta primera vez en la BAFWeek?
L.W.: -Es como que te desnudas, te mostrás tal cual sos. Siempre estuviste ahí en la facultad haciendo tus cositas muy tranquila y de repente tener este nivel de exposición te da muchos nervios.


Nadia Stuer terminó la tesis en la cátedra Moragues y es la otra ganadora de esta edición. Con una impronta personal muy fuerte, fruto de su paso por varias cátedras de la materia Diseño, Stuer presentó una colección que toma como tema al Golpe Militar del año 76 en la Argentina, poco recurrente en la moda, y la estética de la película La Naranja Mecánica de Stanley Kubrick, ambos cargados de violencia.

Nadia Stuer: -Yo arranqué con una temática muy marcada. En mi tesis quería hacer algo no convencional en absoluto. Y tomé algo que para mí era personal y trabajé con la dictadura militar, pero creí que me iba quedar como una paleta muy sucia, entonces buscando darle una vuelta de rosca para transmitir lo mismo que a mí me generaba: tomé un poco de La Naranja Mecánica. Además son de la misma época y también es súper violento, pero demostraba una estética mucho más limpia. Entonces lo fusioné. Hice tres líneas: una línea que es Vanguardia, que son prendas no convencionales con volumen en el cuerpo generando nuevas formas. Trabajé muchas estampas, volumen pero superestructurado. También trabajé una línea de sastrería y una un poco más sport. Y armé las series de manera muy opuesta. Planteé por un lado una serie que denomine Torturadores y otra que los llamé Penitentes. Entonces trabajé el Ying y el Yang. En la de Torturadores, hay sastrería, que la empecé a desestructurar y también la exageré mucho, por ejemplo los cuellos para generar la sensación de poder, los hombros mucho más marcados, una silueta bien rígida anclada en la cintura y con mucho volumen. En la línea de los Penitentes la paleta tiene mucho blanco y en la de Torturadores es más oscura. Los materiales, si bien usé mucha gabardina, también usé cotton satén y un poco de cuero. Incorporé estampas que en el momento de la entrega de la facultad no había llegado a hacer.

-Si bien es ropa femenina, se sigue viendo la silueta militar.
-Sí. En realidad yo la plantée de hombre y cuando hice los figurines pensaron que era de mujer, así que terminé haciendo indumentaria femenina. Entonces quedó la línea de Torturadores mucho más masculina. Y la otra línea es mucho más melancólica, más sensible.

-¿Por qué elegiste el tema del 76?
-Me parecía que no había visto a nadie que lo haya hecho. También tuve cosas personales por mis viejos que me han hablado mucho de eso. Casi dejé la materia porque me era muy fuerte trabajar viendo imágenes y ver qué era lo que eso me generaba. Yo a esta edad podría tranquilamente estar viviendo lo mismo. Fue para mucha gente algo muy fuerte y sigue vigente hoy. Mi papá estaba estudiando a mi edad Ingeniería en La Plata y me contaba por ejemplo que tenía que atravesar una plaza y no sabía si ese día volvía a su casa. Y pensé que estaría bueno que pueda llegar a transformar eso y hacer algo bueno. Pero también creo que hay muchas formas de las cuales yo hubiese podido tomarlo. Hice una representación de cómo veo a esa gente, y también cómo quedó la otra. Me iba imaginando cómo representaría a una madre que perdió a su hijo, esa estampa que le queda en el cuerpo, que quedo toda manchada por ese proceso que no se va a olvidar, pero no lo hice literal.

-¿Qué esperás de este Semillero?
-Para mí fue una sorpresa porque cuando hice mi tesis nunca pensé ir al BAF. Siempre dije que me encantaría lanzar mi marca pero éste no es el momento. Prefiero adquirir experiencia con gente que esté en el mercado hace años y que ya saben cómo manejarse mejor, y lanzar mi marca en el futuro. No sé, trabajar para alguien o para campañas me encantaría.


Contactos:
Ichaso-Walmsley: desastreria@gmail.com
Nadia Stuer: nadiastuer@gmail.com

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